Dagoberto Gutierrez
Compartimos un articulo del prominente analista político Dagoberto Gutierrez sobre la situación del gobierno de turno. Convergemos en la mayoría de sus ideas y planteamientos, creemos que su análisis tiene mucho fondo en este debate de las ideas, sobre todo a lo referente con la situación política, social y económica del país.
Por Dagoberto Gutierrez
Tomado de: Diario Colatino
Por Dagoberto Gutierrez
Tomado de: Diario Colatino
Señor Presidente Funes:
Tomando en cuenta que usted es mandatario y yo mandante y que están pasando largos meses de su gobierno sin que pase, todavía, el sabor agridulce de la frustración, creo necesario puntualizar aspectos relevantes de su experiencia presidencial.
1. Usted, Señor Presidente, presento su gobierno como de Unidad Nacional, y sin embargo hasta ahora los oligarcas le niegan el reconocimiento y apoyo que usted tanto necesita y merece de ellos. Al mismo tiempo los sectores populares avanzan en el desconocimiento de su gobierno como gobierno de las mayorías. Puestas así las cosas su gobierno es de aquellos situados en un terreno límbico, caracterizado por la incertidumbre de su rumbo, su opción preferencial y su gestión.
2. Me parece, Señor Presidente, que la situación de su gobierno, tiene que ver con los ojos oligárquicos que lo miran y los ojos populares que lo buscan; ocurre que usted no esta haciendo nada inconveniente para los oligarcas, tampoco esta haciendo nada ostensible , o evidente o determinante en beneficio popular, nada que haga que estos sectores piensen que su gobierno es diferente a los anteriores o que usted ejecuta una política diferente, o que aplicando la misma política anterior la aplique diferentemente. Sin embargo, la oligarquía lo asfixia y estrangulará por muy bien que usted se porte con ellos, como lo ha hecho hasta ahora. No se trata de lo que usted haga o como lo haga sino mas bien se trata que su gobierno no es el de ellos, aunque su política no los toque y los proteja amorosamente de los intereses mayoritarios, usted sabe que siendo una oligarquía fáustica, requieren hasta de su última gota de sangre.
3. Por supuesto, Señor Presidente, que siendo el partido FMLN el partido gubernamental, usted no cuenta ni con un partido de gobierno ni con un partido en el gobierno y, por si esto fuera poco, resulta que también ARENA es partido gubernamental, junto al FMLN, porque ambos comparten el botín de la administración de la cosa publica y son los dos pilares del régimen político. Así las cosas resulta que usted carece, estimado mandatario, de todo sustento organizativo, teórico y político. Ocurre que en este momento se necesita repensar lo que se ha pensado y se ha hecho, lo que no se ha hecho, con quienes se ha hecho y en beneficio de quienes se ha hecho lo que se ha hecho y en perjuicio de quienes se ha dejado de hacer lo que se dijo que se haría. De ahora en adelante ha terminado la ficción y las fuerzas reales y no fantasmagóricas de la ilusión han saltado a la plaza.
4. Hasta ahora, Señor Presidente Funes, usted ha aparecido y parecido como un hombre de derechas en su palabra y en su acción y aunque el pueblo, pese al desencanto y desengaño sufrido no dice opinión que pueda favorecer a las derechas y usted aparece con encuestas favorables, hemos de coincidir que hay campanas sonando que dicen que usted no ha cumplido sus promesas, que su gobierno no aparece hasta ahora, capaz de abordar o solucionar los problemas acuciantes de la vida de los seres humanos mas necesitados, aunque cuente con ministros y ministras lucidas y diligentes. Sin embargo la comunicación presidencial con el pueblo resulta, raquítica, poco clara, y nerviosa, todos estos factores menguan la confianza social en su gobierno.
5. Sabemos, Presidente, que la sociedad salvadoreña se encuentra en un cruce de caminos, que no es la alternancia sino la alternativa el signo definidor de cualquier salida y que no es su gobierno sino el proceso político el que pugna por superar los caminos derrumbados y que aun mas, las turbulencias gubernamentales nos apuntan a la real necesidad de la construcción de un Nuevo Estado, con un nuevo poder político, una nueva economía, nuevo sujeto político, nuevo juego y nuevas reglas, en suma, una nueva manera de lograr una vida nueva. Entendemos que su compromiso no llega a este terreno que supone cambiar el juego y no solo las reglas, por eso creemos que lo que a usted le corresponde hacer, según su horizonte político, es necesario que se haga bien.
6. Sabemos, Señor Presidente, que usted piensa que su gobierno puede gobernar para todos y
que es posible hacerlo sin confrontar con nadie, sin embargo usted , con solo abrir su ventana, se dará cuenta que la fuerza mágica de los intereses de la gente, del pueblo, de las clases sociales confrontadas determina la lucha política e ideológica de la sociedad y ningún gobierno podrá situarse encima del bien o del mal. Una vez puesto en este terreno su gobierno debe, puede y tiene que definir, sin vacilación, para quien gobierna, contra quien gobierna para establecer después quienes son sus aliados y quienes sus enemigos; no conviene olvidar que en este cruce ya no se trata de dialogar sino de negociar cara a cara, proyecto a proyecto e interés frente a interés, porque nadie apoyara a un gobierno que le tenga miedo al olor a guayaba que tienen los intereses de cada sector.
7. Su gobierno tiene intereses políticos y también electorales, usted sabe que la derecha se unificara en su contra para degollarlo políticamente, sabe además que el FMLN no sacrificara sus intereses electorales por los intereses políticos del gobierno y que si usted ha de contar con el respaldo del pueblo será a contrapelo de los intereses oligárquicos y probablemente electorales; pero a menos que usted decida entregarse atado de pies y manos al poder oligárquico, conviene que sepa que los compromisos adquiridos con la gente requieren de renuncia a la modorra burocrática tradicional y a la distancia con los seres humanos. Usted ha perdido tiempo político irrecuperable pero conserva, supongo, el palpito y el olfato necesario para descubrir por donde van las rutas y los caminos y sobre todo, estimado mandatario, para descubrirlos oportunamente.
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